8 filetes de merluza
Jugo de 1 limón
Sal, pimienta
nuez moscada, a gusto
Margarina, cantidad necesaria
2 cucharadas de cebollita de verdeo, picada
1 taza de miga de pan, remojada en leche, exprimida y picada
1 cucharada de perejil picado
1 taza de salsa blanca espesa
1/2 taza de queso rallado
300 g de atún en aceite, escurrido y desmenuzado
3 yemas
3 claras a nieve
Salsa de tomates y papitas noisette, para acompañar
Lave los filetes de merluza, séquelos y colóquelos estiraditos en una fuente. Rocíelos con limón, sazónelos con sal y
pimienta. Estaciónelos una hora en la heladera.
Enmanteque generosamente un molde mediano tipo savarin (en forma de anillo) y fórrelo con los filetes de pescado puestos
en forma vertical y codo a codo (deje que el excedente cuelgue por los costados). Pero ni se le ocurra cortarlos... Reserve.
Derrita 2 cucharadas de margarina y rehogue en ella la cebolla.
Retire la cebolla del fuego y mézclele la miga de pan remojada en leche y el perejil picados.
Únales la salsa blanca, el queso rallado, el atún escurrido y desmenuzado y las yemas.
Pruebe y rectifique (o no...) el sazonamiento con sal, pimienta y nuez moscada. Agregue suavemente las claras batidas
a nieve.
Rellene con esta mezcla el molde forrado con los filetes.
Doble sobre el relleno el excedente de filetes que colgaba del borde.
Cocine el budín a bañomaría en el horno moderado, hasta que el relleno esté firme.
Desmolde y sirva caliente, acompañado con salsa de tomates y papitas noisette.
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